Estas memorias conversacionales constituyen una confesión de parte de Alejandro García Padilla, un balance racional y honesto sobre su singladura vital y una reflexión acerca de su etapa como gestor político. Contrariamente a tantos como se aventuran a narrar sus recuerdos, no representan un ajuste de cuentas con nadie, lo que habla por sí solo de la bondad innata del personaje. Este libro constituye sobre todo una defensa racional y optimista de la consolidación del estatuto jurídico de la isla como Estado Libre Asociado. García Padilla explica con minuciosidad el complicado desafío que asumió a la hora de enfrentarse a la crisis de la deuda, y su entrevistadora se encarga de describir la mezcla de frustración, culpa y alivio que padecen hoy quienes inspiraron la ley Promesa. El exgobernador defiende la decisiones, muy difíciles, que tuvo que tomar, pero hace una autocrítica sincera de su periodo como primer mandatario del país.