
Sin duda la embriaguez ha estado presente en prácticamente todas las culturas, pero en cada época y lugar beber ha significado algo distinto. Remontándose a la prehistoria de la bebida y a las costumbres etílicas de los sumerios, egipcios, griegos, vikingos…, hasta llegar a Australia, Rusia y la ley seca en Estados Unidos, el autor nos revela los orígenes y las asociaciones culturales de determinadas bebidas alcohólicas para mostrarnos que la borrachera le dice sí a todo: a veces es instigadora de la violencia y a veces de la paz, nos hace cantar y dormir, es la alegría de unos y la ruina de otros.