Kyle y Kimberly han sido la pareja perfecta durante todo el instituto. Pero la noche de la fiesta de graduación, Kimberly corta con él, su coche se estrella y, cuando Kyle se despierta, tiene una lesión cerebral. Kimberly está muerta. Y nadie en su vida podría entenderlo. Hasta Marley. Marley sufre por su propia pérdida, de la que se siente culpable. Mientras Kyle y Marley tratan de curarse las heridas el uno al otro, sus sentimientos se hacen más fuertes. Pero Kyle no puede sacudirse la sensación de que se dirige a otra catástrofe que arruinará su vida tan pronto como comience a reconstruirla. Y tiene razón…