Escribo poemas como un ejercicio de catarsis. Cuando me visita la melancolía y recuerdo a la amada ausente que, aunque insospechadamente la he amado a pesar de todo y aún en el silencio más impenetrable. La soledad que cantó Palés y cantaron y cantan todavía los poetas del mundo, no es mala amiga si aprendemos a tolerarla evocando utópicas felicidades.
MJCS