A la deriva de las palabras donde sólo nos queda aferrarnos al madero del silencio. ¿Quién nos llama desde dentro? ¿Quién sabe nuestro nombre secreto? ¿Quién nos convoca con la lluvia? A la deriva de las promesas incumplidas, de las amenazas que fueron apenas espuma y aullidos en la boca de un paria. ¿Quién vengará nuestros sueños? ¿Quién ordenará nuestro crimen? ¿Quién pulirá nuestras dos fechas? Sólo el naufragio es nuestro abrazo en la noche que nos habita como el suspiro del mar en una botella.