Creo que el mundo nunca ha ido a mi paso o que yo nunca le he podido seguir el rumbo. No importa mucho la razón que sea, lo único importante es que estas palabras se encuentran goteando directo en las palmas de tus manos.
Sujétalas en tu pecho… mejor dicho, déjalas correr, pero hazlo sin despecho. Que todo el que te mire sosteniendo este libro note el charco de sangre en el que te has introducido. Sin vergüenza, sin miedo y sin nada. Eso es cada una de estas páginas delgadas.
Nada, nada… absolutamente solo tú eres quien nada a través de esta tinta desgastada. ¿Todavía no sabes de qué se trata?
¿Qué sigues esperando para descubrirlo?