Poéticas que armar nos interpela en la arena, en el espacio entre agua y tierra, en la zona que es los dos y no es ninguno. Es un libro de bisagras y umbrales, lectura y escritura, verso y prosa, poesía y ensayo, imagen y palabra, literatura y teoría, cuerpo y libro, archipiélagos de más acá y de más allá, Palés y Walcott, Burgos y Robles, Rebollo-Gil y Ochart, Georas y Lima. Áurea María Sotomayor se escabulle cimarrona para regalarnos un coro otro, compuesto por textos y figuras harto conocidas –pero, gracias a su ojo, ahora relucientes– y textos y figuras de décadas recientes, desde los Puerto Ricos y Caribes que nos duelen y nos salvan.