Ahora que espera un bebé, Mila intenta desentrañar los motivos de la extrañeza que la ha acompañado desde siempre, una cierta perplejidad hacia los propios orígenes. Enhebrando recuerdos, mide los límites y la fuerza de ese mundo heredado, rememora sus tentativas de apertura a Barcelona y a París y se pregunta qué ha pervivido de todo eso en ella y qué transmitirá a su hija. Con una prosa de tintineo cristalino y un punzante sentido del humor que oscila entre la ternura y la mala leche, Anna Ballbona ha escrito una inusitada novela de frontera, el autorretrato de una mujer que encuentra su voz –quizá aquel «don»– en el momento en que decide ponerse a hablar.