¿Qué sucedería si un científico loco clonase en una sola persona a Woody Allen y a Slavoj Žižek? Probablemente que surgiría el autor de este libro. Su obra, como él mismo cuenta, «es el resultado de un fracaso tirando a monumental. Mientras bregaba por escribir un libro académico que esperaba me ayudara a conseguir una plaza de profesor titular en una de las universidades de élite estadounidenses, descubrí Twitter. Este hecho contribuyó de forma decisiva no sólo al final del proyecto en el que llevaba tanto tiempo trabajando, sino también al de toda mi carrera académica. Al mismo tiempo, supuso el inicio de una nueva y extraña profesión que he calificado de “aforista de Internet”, pese a que todavía no sé muy bien qué implica tal trabajo».