Mundo cruel supone la implosión furiosa de esa cárcel del alma y del cuerpo que se llama clóset. Una implosión realizada en complicidad con la palabra áspera, zafia, transgresora, esa palabra que Luis Negrón maneja con verdaderos tino y gozo, esmero y desafío. Tan libre como tan libertino, tan humorístico como tan lacerante, Mundo cruel conmemora el deseo que, por fin, se atreve a decir su nombre.
Luis Rafael Sánchez