Mitos de la transgresión femenina, como en el anterior Diosas, santas y malditas, llevan el protagonismo con su paso de reinas y su carrera de subversivas: Rosalind, vestida de hombre, enseñando a amar a un hombre; Salomé, que dice no a todos y a la que sólo le apetece lo imposible; Juana de Arco, que grita a su tropa: ¡que me siga quien me ame!, y atorrantes guerreros corren a morir por ella; Nefer, que te avisa que nunca, nunca la ames… y no puedes dejar de hacerlo. Todas, reales e imaginadas, te esperan aquí.