Un libro inteligente y ágil, que profundiza en las complejas relaciones entre moral y ficción
¿Hay arte moralmente condenable? ¿O es el arte inmune al juicio moral? Las respuestas más socorridas que se ofrecen en la esfera pública a estas cuestiones parecen acorralarnos para que elijamos entre las opciones de un solemne dilema. O bien se reclama la suspensión total del juicio moral acerca de la obra de arte o bien se mimetiza el veredicto propio del derecho penal: culpable o inocente.
En este ensayo, Pau Luque sostiene que ese es un falso dilema. El juicio moral es más complejo y desordenado de lo que esas dos posiciones dan a entender. La obra de Nick Cave, la Lolita de Nabokov y El mar, el mar, de Iris Murdoch, hilos conductores de este libro, sugieren que el juicio moral más fecundo es el que se encarama a la imaginación literaria, no aquel que busca la absolución o la condena. Al mismo tiempo, y sobre la base de la comparación entre las escenas clave de Irreversible de Gaspar Noé y La pianista de Michael Haneke, tiene sentido hablar de arte moralmente indecente. La diferencia que mediaría entre el arte imaginativo y el arte indecente es la misma que mediaría entre la narración imaginativa de personajes abyectos y la narración abyecta de personajes imaginados.
El ensayo explora también otras cuestiones relacionadas con la imaginación: cuál es el lugar que deberían ocupar los literatos y artistas en los periódicos y magacines; por qué cultivar la imaginación literaria es una manera de impugnar un cliché misógino; cómo podemos entender mejor qué es el poder cuando lo imaginamos; o de qué modo la tan idolatrada e invocada empatía puede esconder intenciones innobles.
Un libro inteligente y ágil, que profundiza en las complejas relaciones entre moral y ficción, que vuelven a estar –o acaso nunca han dejado de estarlo– en el centro del debate.