No cabe duda de que la joven Carmela escribe con empatía y en defensa de la mujer y su dignidad como ser humano, frente a la incomprensión y la insensibilidad masculinas, abogando por la educación y el trabajo como medios para alcanzar el reconocimiento pleno de su humanidad.
La lectura de estos relatos desconocidos de Carmela Eulate Sanjurjo nos obliga a añadir una figura más a la galería de grandes cuentistas puertorriqueños.