En toda la América se registraron movimientos precursores anticoloniales durante el siglo dieciocho. Puerto Rico no fue la excepción. Entre 1701 y 1712, atravesando varias administraciones, estalló una sublevación contra el gobierno español. En la raíz del conflicto encontramos la contraposición de los intereses económicos de los vecinos de la tierra, diferenciándose como criollos, frente a las arbitrariedades y corrupción de las autoridades españolas. Los gobernadores acusaron a los vecinos de estar practicando el contrabando, o comercio prohibido El contrabando, sin embargo, fue la respuesta que la sociedad criolla en proceso de desarrollo histórico dio a las restricciones y limitaciones del mercantilismo español colonial. Los vecinos del país, que los propios españoles comenzaron a identificar como puertorriqueños desde aquella época, emplearon la lucha armada y los recursos legales para proteger sus vías de comercio alternativo y hacer valer sus fueros (o derechos) municipales. Ese capítulo de la historia de Puerto Rico, del temprano siglo XVIII, está repleto de sorpresas.