Nuestra autora también me fascina por insurrecta. Y porque encima, cosa insólita que agradece el lector, lo es sin amargura ni pontificación. Contando la soledad con alegría, hermanando el humor con la nostalgia, salpicando el discurso narrativo con páginas de poesía; partiendo de la difícil perspectiva de la niñez; apostando a la ilusión de la verdad desnuda y narrando la nación.
Mercedes López-Baralt