
El escritor de novela juvenil Mauricio Ballart recibe un día, de parte de su amigo Tomás Hidalgo, el manuscrito que su prima encontró por casualidad en la casa de campo que tiene con su marido en Burgo de Osma, y en la que residió durante cuarenta años un ingeniero. El texto, de autoría desconocida y narrado por una voz femenina llamada Leonor, excita la curiosidad y la imaginación delos Hidalgo, pues todo en el parece tocado por el misterio. Tomás decide ponerlo en las manos expertas de su amigo para que les ilumine, y a su vez, le anima a reescribirlo y publicarlo.
Esta historia dentro de una historia dentro de una historia es en verdad un juego de espejos donde los rostros de los narradores se multiplican mientras la voz de la autora parece deslizarse por todos ellos, grácil y escurridiza, para que el lector no consiga atraparla. En ella, Soledad Puertolas rinde homenaje a la ficción y, con su prosa fina y caudalosa, ordena el caos y lo hace armonioso, para llevarnos a la luz y el calor con el que solo los clásicos suelen resguardarnos.