Entre las imágenes religiosas labradas por nuestros santeros, una de las manifestaciones mas antiguas y arraigadas del arte popular puertorriqueño, las representaciones de la Virgen de Monserrate, son abundantes y muy características. Algunas de estas tallas monserratinas poseen la atrayente particularidad de que Nuestra Señora tiene la tez morena y que el pequeño Jesús en su regazo es de piel blanca. Este libro explora e investiga este curioso detalle.