
La memoria oral puertorriqueña guardó este cuento de muchas maneras diferentes. En eso las mentes de nuestras mujeres coincidieron vigorosamente con los recuerdos en otros países de España, Portugal e Hispanoamérica. Claro, la historia de la Cenicienta ha corrido espacios diversos, tiempos variados y ha sido injustamente cristalizada y amputada por las grandes empresas del entretenimiento, de la educación y del libro. Es una vieja historia, con una larga tradición que en los ricos matices que el proceso de transmisión oral le dotó, merece ser tanto conocida como cuestionada por las nuevas generaciones de puertorriqueños y puertorriqueñas.