Una avería en su nuevo deportivo Studebaker, y la esperanza de «vivir alguna aventura» extramatrimonial, llevan al viajante textil Alfredo Traps a pasar la noche en un pequeño pueblo de su ruta habitual. Sus anfitriones, un juez jubilado y unos inquietantes compañeros con quienes va a compartir la velada (un abogado, un fiscal y un verdugo), le propondrán participar en un macabro juego: ser el acusado.
La avería es una nouvelle impredecible como la mejor intriga policíaca e implacable como una tragedia clásica. Llevada al cine en varias ocasiones (de manera brillante por Ettore Scola, en 1973), esta obra es quizá la más perfecta indagación en uno de los temas predilectos del autor: la fundamentación del principio de justicia. La doble moral burguesa, el concepto de libertad y responsabilidad individual o la afinidad entre el juicio moral y el estético en un mundo que trastoca el concepto de mal por el de avería o error, recorren también este texto: gran literatura que no copia la realidad, sino que «amenaza con volverse realidad» ella misma.
La avería es una nouvelle impredecible como la mejor intriga policíaca e implacable como una tragedia clásica. Llevada al cine en varias ocasiones (de manera brillante por Ettore Scola, en 1973), esta obra es quizá la más perfecta indagación en uno de los temas predilectos del autor: la fundamentación del principio de justicia. La doble moral burguesa, el concepto de libertad y responsabilidad individual o la afinidad entre el juicio moral y el estético en un mundo que trastoca el concepto de mal por el de avería o error, recorren también este texto: gran literatura que no copia la realidad, sino que «amenaza con volverse realidad» ella misma.