Entre las oleadas migratorias, Ponce recibe europeos y nacidos en sus posesiones del Caribe atraídos por el desarrollo económico. Obreros y artesanos se concentran en los núcleos urbanos. La explosión poblacional del decimonónico hace que dentro del barrio Cuarto de Ponce, en terrenos de la antigua Hacienda Muñiz, se desarrolle la Barriada Bélgica, paralela al Camino Real que nos conduce a la Playa.