La figura de la Dra. Victoria Espinosa Torres es un ejemplo de deconstrucción de la mujer puertorriqueña afrodescendiente del siglo XX y del XXI. Aun siendo una nonagenaria, Victoria nunca dejó de trabajar, mostrando que la edad no detiene a quien vincula su vida con el trabajo que practica en la tierra. Sin su intromisión al teatro puertorriqueño, la historia y el presente del teatro fuera totalmente diferente. Su contribución a las artes escénicas, a la cultura y a la educación puertorriqueña exceden el ámbito de la realidad. Tal vez fue por eso que mantuvo su inclinación por el teatro surrealista, especialmente el de su admirado Federico García Lorca, el cual fue el eje de sus últimos trabajos. En estos, expone la extraordinaria relación que mantuvo con las obras del dramaturgo y una reflexión sobre su propia vida dedicada al teatro. -Johanna Estrella