Este es un libro para hacer pensar a los educadores. Pensar, no en teorías, sino en posibilidades. El abanico de opciones a disposición de los que quieran hacer del salón de clases un vivero de inquietudes e ilusiones es amplio. La imaginación potencia los esfuerzos sistemáticos y emplaza las voluntades. Aprender de los estudiantes para poderles enseñar es un riesgo que tiene que tomarse cualquiera que quiera seguirse llamando maestro. Cómo reflexionar sobre ese aprendizaje es lo que Ana Helvia Quintero nos plantea.
Fernando Picó