Gisela es una niña de cristal: luminosa, frágil y transparente de la cabeza a los pies. Ella refleja los objetos de su alrededor y cambia de tonalidad con la luz de las estaciones. Es tan excepcional que vienen de todas partes del mundo a verla. Pero la pequeña Gisela tiene otra peculiaridad: en su frente clara, sus pensamientos, buenos y malos, se pueden leer como en un libro abierto.