Capta nuestra atención la destreza de Ramos-Perea de entretejer los varios enfoques de la pieza: la biografía de Gibrán, sus inspiraciones, sus motivaciones, sus amores y sus aventuras sexuales, su filosofía, su compromiso político (con la independencia) y su nostalgia permanente por El Líbano. La combinación de lo superior y lo inferior es lo que le da la humanidad a la figura de Kahlil Gibrán, y la tensión entre estos dos polos lo que le da la tensión y vida a la obra de Roberto Ramos-Perea. -George W. Woodyard, Latin American Theatre Review (Universidad de Kansas)