Este turno, no es un poemario. Es una carta abierta y honesta, desde donde las mujeres que
habitan a la poeta cobran vida en los escenarios de algún camino recorrido al que somos
invitados. Con una rima astuta, precisa y bastándose de los recursos poéticos que muy bien
acoge, crea una sinfonía poética que, al leerla, transporta al más lejano de los recuerdos y regresa al día mas corto del presente. Sus estaciones son paradas metafóricas en las que nos abre el espacio de sus vivencias para que nos hagamos uno con ella. Getea, ya sea antagonista, autónoma o nuestra, se parte en pedazos para reconstruir aquellos anhelos olvidados en algún rincón. Su poesía es fresca, innovadora, pero sin perder esa melancolía propia del verso para hacernos ver que la realidad, es después de todo, una poesía que necesita ser escrita. – Yana Faris, autora de Los Petresqui y Perreando en verso.
habitan a la poeta cobran vida en los escenarios de algún camino recorrido al que somos
invitados. Con una rima astuta, precisa y bastándose de los recursos poéticos que muy bien
acoge, crea una sinfonía poética que, al leerla, transporta al más lejano de los recuerdos y regresa al día mas corto del presente. Sus estaciones son paradas metafóricas en las que nos abre el espacio de sus vivencias para que nos hagamos uno con ella. Getea, ya sea antagonista, autónoma o nuestra, se parte en pedazos para reconstruir aquellos anhelos olvidados en algún rincón. Su poesía es fresca, innovadora, pero sin perder esa melancolía propia del verso para hacernos ver que la realidad, es después de todo, una poesía que necesita ser escrita. – Yana Faris, autora de Los Petresqui y Perreando en verso.