Comienzo a escribir la contracubierta de este libro y recuerdo que hace un tiempo un buen amigo me preguntó por qué me parecía tan importante el pensamiento de Ralph Waldo Emerson; por qué pasaba tanto tiempo buceando en sus textos; por qué, como editor, me parecía fundamental confeccionar y publicar esta antología.
Mi respuesta fue que la obra de Emerson ―y en particular los escritos que conforman este volumen― despierta una parte de la psique humana que la cultura y la sociedad contemporáneas han suprimido brutalmente. Su filosofía, de acuerdo con la visión ancestral, mayoritaria y sin embargo hoy desdeñada de la experiencia humana, nos presenta un universo por entero vivo y de orden moral, así como un núcleo espiritual que rige en el centro de cada uno de nosotros. De hecho, esa visión espiritual se despliega en estos ensayos sobre todo aquello que nos concierne: la ética, la política, la economía, el poder, el amor, la amistad... Así, según avanzamos por sus páginas, la oscura pesadilla que el rampante materialismo de nuestro tiempo ha instalado en nuestras conciencias ―como si el mundo y los seres que lo componen no fueran más que una inmensa máquina desprovista de sentido― se va deshilachando. Algo despierta. Algo que a lo mejor ni siquiera recordabas que existía. Llámalo como quieras. Al instante reconocerás que ese despertar es la tarea original y más antigua de la filosofía: no tanto algo que nos ayuda a comprender la realidad como algo que nos ayuda a sanar las heridas que esta nos inflige. Y de este modo, tal como relatan las leyendas, una puerta se abre, un camino se traza. La percepción desesperanzada que tenemos de nosotros mismos ―y que ha dado lugar a la crisis civilizatoria global que hoy amenaza con la destrucción planetaria― comienza a ceder. La Naturaleza, lo Absoluto y su misterio recuperan su lugar. Lo real y lo sagrado vuelven a ser, como siempre fueron, una sola cosa.