Este libro se nutre de aquellas cosas pequeñas que, si se quedan adentro, se queman. Sabemos que la historia nunca vuelve a empatar las piezas del pasado, que tras una mudanza nada vuelve a ser como antes. Vive el mar que baña las fichas de lo que fuimos, las ausencias y presencias del deseo que se nos mete en la mano, en el beso, en el abrazo, durante la rumba. La poesía, y el vicio del tiempo en que opera la gravedad del agua, hace volar a la memoria, a las flores y las palabras en cantos. -Gaddiel Francisco Ruíz Rivera