"Los libros de memorias tienen un encanto especial". Permiten acceder a la intimidad de vida ajenas y experimentar -como si fuera en carne propia- lo que vivieron los demás. Este libro de memorias tiene, además, un valor histórico: al describir una niñez cubana que transcurrió en los años cuarenta y cincuenta, recupera el talante de la vida diaria en el momento que precedió al cambio drástico que supuso la Revolución Cubana para aquel país al implantar un nuevo régimen político/social.
Son las memorias de una niña de clase media: la autora describe en detalle una infancia vivida en el seno de una familia promedio. Presenta los acontecimientos cotidianos: los juegos, las relaciones de familia, las actitudes, las modas, el entretenimiento, las canciones, los ritos de adolescencia y mucho más.
Permiten, pues, estas memorias conocer cómo se vivieron los eventos previos al 1959: lo que sucedió, por ejemplo, cuando Fulgencio Batista dio el golpe de estado en 1952, sus desmanes, la conciencia creciente de una revolución en progreso y los efectos que ésta tuvo sobre los numerosos miembros de la familia extendida de la escritora".
-Carmen Dolores Hernández, El Nuevo Día