Premio de novela del Instituto de Cultura Puertorriqueña
En el marco de cada uno de los breves capítulos de El imperialista ausente, el lector transita un espacio plástico donde aparecen personajes inmersos en complejas reflexiones en torno a la historia de la que forman parte. Desde las primeras líneas del texto, el autor intercala su obra con la del pintor puertorriqueño Nick Quijano, imbricándola con el trópico imperfecto, esquivo y al mismo tiempo sublime que caracteriza la obra plástica de éste. Así, la historia de un escritor que resiente y reflexiona sobre la ausencia de su padre, guionista de Hollywood, a través de las artes, se transforma en un lienzo dentro de un lienzo que fusiona el contexto puertorriqueño con una mirada cosmopolita del mundo y la sociedad. Entre sus páginas, el autor explora las disyuntivas estilísticas entre el novelista "literario" y el novelista comercial, y la relación entre el individuo y la comunidad a la que pertenece, otorgándole a la novela una dimensión sociopolítica. El imperialista ausente viene a complementar el panorama actual de la literatura puertorriqueña, uniéndose al giro hacia la novela ambiciosa que en los pasados años ha resurgido en una novela como Barataria de Juan López Bauzá y, a un nivel internacional, en las obras del novelista mexicano Juan Villoro y el español Javier Marías.