El ganado era inexistente en las Antillas de los tiempos indígenas. Desde inicios de la conquista española en el siglo 16 se introdujo el ganado vacuno, caballar y porcino. Se criaban en hatos, o propiedades dedicadas a su crianza. También se multiplicaron por la isla de manera natural. Luego el cuero vacuno adquirió un gran valor comercial. El hato tomó la forma de latifundio, ocupando enormes extensiones de tierra. La historia de la ganadería de los siglos 16 al 18 está entrelazada con el comercio oficial, el contrabando y la corrupción, el mercantilismo y el reformismo borbónico fallido. La creciente sociedad criolla puertorriqueña, en el contexto de la revolución industrial y del mercado mundial capitalista, exigió tierras para la agricultura, se enfrascó en una lucha por la "demolición" de los hatos y apoyó un nuevo modelo económico basado en las haciendas de la agricultura comercial; fomentando la producción de café, caña de azúcar, tabaco y algodón. Como en toda América colonial, los intereses de la colonia entraron en contradicción y pugna con los del imperio dominante.