
Luis Lloréns Torres, el poeta nacional puertorriqueño, como bien lo definió Valbuena Briones por haber compuesto "Canción de las Antillas," escribió una pieza teatral como testimonio de una situación y de un sentimiento unánime que conmovía la opinión pública. "El grito de Lares" no es una joya del arte escénico, como tampoco lo es el prólogo de Muñoz Rivera. Sin embargo, es una obra teatral de gran dimensión idealista donde la historia de Manuel, el Leñero, revive un acontecimiento, evoca un recuerdo y contribuye a resaltar la idea de patria, libertad y bandera, con un ennoblecimiento solo digno de una pluma tan vigorosa y a la vez tan lírica como la de Luis Lloréns Torres, creador personalista y humanísimo de una obra que está plasmada con la belleza de su espíritu. El arte literario, las laboriosas e infatigables jornadas de estudios de un intelectual tan poeta, como lo fue Lloréns Torres, han hecho que "El grito de Lares" posea unos valores tan específicos que la convierten en una pieza clásica del teatro puertorriqueño. Una obra que merece un cuidado estudio a la hora de su representación y montaje; o que bien merece una atenta y estudiosa lectura, como si se tratara de un Calderón, un Lope o el mismo Shakespeare: por lo que en sí representa, por la vehemente y elegante manera de decirlo, y por lo representativo en el conjunto literario de un autor cuya vida y prestigio ya entran en la leyenda de la literatura patria. Editorial Cordillera, en su empeño de reactualizar lo más brillante de la cultura puertorriqueña, no ha querido perder la ocasión de presentar "El grito de Lares" al público hispano hablante y así honrar la figura casi legendaria que el poeta recreó con su palabra medida y su voz cuajada de sinceridad atronadora.