Washington Lloréns, era un farmacéutico y lingüista de Ponce. Creaba palabras en un laboratorio secreto. Las que ya existían, las echaba al zafacón. Cuando creó 50 que todavía no estaban en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se las presentó a los estudios de las palabras de aquel lejano país, y desde ese día, aparecen en el diccionario. Con el tiempo el laboratorio secreto cerró, y nadie nunca supo su fórmula exclusiva para crear palabras. Hay quien sospecha de una rebelión de átomos. Pero nadie sabe nada. Ahora las palabras nacen de la boca de las personas. Entre dientes.
Los poemas de este libro contienen algunas de aquellas palabras que no entraron al diccionario, porque ya existían.