La modernidad judía se desplegó entre la ilustración y la Segunda Guerra Mundial, entre los debates que dieron lugar a la Emancipación y el genocidio nazi. Durante esos dos siglos reveló una riqueza intelectual, literaria, científica y artística verdaderamente excepcional en el corazón mismo de Europa. Sin embargo, la modernidad judía ha agotado su trayectoria. Luego de haber sido el principal foco del pensamiento crítico del mundo occidental, los judíos se encuentran actualmente por una suerte de reversión paradójica, en el centro de sus dispositivos de dominación. Los intelectuales han sido llamados al orden y los subversivos se han moderado; ambos se han vuelto conservadores. El antisemitismo ha dejado de modelar las culturas nacionales, cediendo su lugar a la islamofobia, la forma dominante del racismo en este comienzo del siglo XXI. La memoria del Holocausto, transformada en "religión civil" de nuestras democracias liberales, ha hecho el antiguo "pueblo paria" una minoría respetable, distinguida y heredera de una historia a la luz de la cual el Occidente democrático mide sus virtudes morales. En El final de la modernidad judía, Enzo Traverso analiza esta metamorfosis histórica, no con el objeto de condenar o absolver, sino de hacer un balance acerca de una experiencia acabada y reflexionar sobre un legado, amenazado tanto por la canonización estéril como por la cosificación conservadora.