Ser-estar, la condición humana primordial. Identidad-pertenencia. Perder lo primero, el vacío; privados de la segunda, el desarraigo. El exiliado es por doble partida: desterrado y transterrado. Alejado de su tierra y trasplantado a otra. Los esxilios luchan por mantener identidad y recrear comunidad. Al comienzo del exilio cubano, Miguel Figueroa y Miranda, medita su lucha, su condición primordial. Intelectual, político, diplomático, universitario, de hondas conviciones religiosas, escribe su Diario esas incertidumbres y perplejidades del diario vivir, sus anhelos y esperanzas. Es un arquetipo de la experiencia cotidiana, en que todos nos parecemos, con circunstancias y personajes distintos. Un libro único en su género, por la estructura narrativa de dos escritores, uno narra su texto, y otro reconstruye el contexto.