Estela llega a esa ciudad para escribir una guía de viajes y, además, enterrar a su esposo. Ella se dedica a desarrollar guías inusuales de todos los rincones del mundo. Viajando se siente en casa. Libre. Sin embargo, esta vez es diferente: acaba de perder a su marido y se percibe como un negativo borroso, una mala copia de sí misma. Con su estadía en Nanjing, sus visitas frecuentes al río Yangtzé y los encuentros con los habitantes de la ciudad, Estela hallará la fuerza para lidiar con su duelo y reencontrarse en esta ciudad habitada por miles, millones de suspiros.