
Colgado en la tournefortia fue el primer libro publicado fruto de la vida plácida de un Bukowski que estrenaba la década de los sesenta. Los primeros poemas escritos en su nueva casa de San Pedro, en Los Ángeles, anuncian con su sempiterno sentido del humor que el sosiego y el apoltronamiento en realidad enmascaran una cotidianeidad de lo más cruenta. Bukowski teclea y teclea, pero no deja de mirar por el rabillo del ojo el cuchillo de carnicero que descansa sobre el escritorio.