Y es que la poesía siempre compensa una carencia, como lo veremos en este hermoso poemario que ve la luz hoy, que comienza con la distancia y termina con la ausencia. Su autor es un sembrador de sueños que se llama Nelson Álvarez Febles, que oscila entre la agroecología y la literatura. En este libro exhibe un amor plural: a su tierra bendita, a la naturaleza de nuestra ruralia, a la bandera de la libertad y la justicia, y, sobre todo, a Eros. El amor cumplido -que hace que el corazón del sujeto lírico estalle en vivas a la vida, que las flores del jardín destilen la hermosura de la amada y que el instante en cúspide eternice su belleza- y el desamor que lo acecha- amordazando su corazón, pero no su pluma- juegan al escondite en este libro. No te preguntes, amigo lector, cuál prevalecerá. Porque sale ganando la poesía.
Mercedes López-Baralt