El 4 de marzo de 1970, un grupo de estudiantes universitarios presenciaban, desde el balcón de un hospedaje, a miembros de la Fuerza de Choque macanear injustamente en la calle a otro estudiante, Les gritaron "abusadores" y "asesinos". Uno de los policías desenfundó su revólver y disparó hacia el balcón, hiriendo a un estudiante y, con el mismo proyectil, asesinando a la estudiante Antonia Martínez Lagares. Los policías que conocían la verdadera identidad del tirador rehusaron delatarlo. Ese asesinato ha quedado impune.