En Amar hasta el dolor, Viveca filma con lenguaje sencillo, espontáneo, impulsivo y, a veces, irreverente y acusador, una larga historia del más desinteresado amor, que aprendiera de la Madre Teresa de Calcuta y de tantos seres de luz que han transformado su vida, su visión de la fe, la religión y la espiritualidad, y su compromiso con la humanidad.