Desde el mismo título, esta compilación de narraciones breves nos invita a inscribirnos en la paradoja fraterna. Cada cuento -catorce en total- es una alegoría de la soledad en compañía, del desarraigo solidario y de la globalidad local. Cada narración nos ubica en lo familiar y en lo ajeno para luego dejarnos en el mareo de la incertidumbre. Edgardo Nieves Mieles demuestra, una vez más, que es un cuentero maduro, cosmopolita y periférico. Esta entrega valida su artificio narrativo, su exhuberancia en la oración y su indiscutible lugar en la mejor producción del cuento puertorriqueño contemporáneo.