Con precisión matemática, la arquitectura de los microcuentos de Pol retoma el matiz lírico y evidencia magistralmente una calculada condensación de voces y conflictos narrativos, un universo de tradiciones milenarias y subtextos contemporáneos sobre el sacrificio, la pasión y el dolor que, aun siendo constreñido, no deja de ser totalizante, como aquel reino infinito hamle-tiano que cabe en una nuez. -Janette Becerra