Los estudiantes universitarios, angustiados por el aumento del costo de las matrículas, se organizan para mostrar su desagrado en una manifestación pacífica en el campus de la universidad. Mientras tanto, los profesores, por su parte, comienzan a elaborar una serie de estrategias para conseguir la tan deseada Permanencia en su trabajo y procurar así ponerse a salvo de las prácticas neoliberales que, desde el Rectorado, pretenden reducir las prestaciones docentes del profesorado a tiempo parcial.
Las autoridades administrativas de la universidad consideran la marcha de los estudiantes como una amenaza de la izquierda y piden a la guardia de choque que impida lo que no es más que una demostración pacífica. La novela sigue la huella de una decena de personajes —estudiantes, profesores, administrativos, provocadores y guardias— que se ven atrapados en las intrigas gubernamentales e institucionales, en un clima de creciente tensión, mientras la Muerte flota sobre el campus.