Exonerado de la memoria y la fantasía, el autor piensa estos relatos y no sabe si recuerda o inventa. No asegura nada sobre las narraciones de estas páginas y las somete al texto. La literatura lo salva: todo lo dicho es falso. Todo lo dicho es cierto. O no es nada de esto. En todo caso, desdice a Cervantes: aún sin verdades ni mentiras todo lo contrario puede ser ejemplar.