A partir de la dedicatoria "A la oscuridad y todos los seres que la habitan, por permitirme el espacio de ser yo" Querosén presenta una aparente contradicción entre el culto a la oscuridad y la defensa de la individualidad. Los personajes que recorren sus páginas se juegan la dignidad en el día a día de sus oficios, generalmente deprimidos y deprimentes, en un ambiente gris y sin salida -con una "seriedad de matador de toros". No obstante, a pesar del paisaje de miseria (del abuso por parte de los padres, de los sacerdotes, del abandono de dios, del rechazo de la homosexualidad) la decisión de ser auténticos y la defensa de su individualidad los hace libres. El enfrentamiento a ese ser superior que los rechaza se resuelve en una justicia poética que el lector aplaude de manera solidaria.
-Dr. Francisco García