En este libro, más que cuentos inspirados en canciones, se muestra el sentido mismo de la vida o al menos su búsqueda a través de la música.
Cada narración nos invita a escuchar una melodía y a ser felices mientras empujamos absurdamente nuestra pesada piedra hasta hasta llegar a la cima. Pero nos advierte que lo importante no es llegar a la cúspide, sino disfrutar el recorrido; y cómo mejor que escuchando nuestro pléilist de canciones preferidas, así sea balada, rock, salsa o reguetón. Porque como decía Nietzsche, sin música la vida sería un error.