Aquí se trata de Puerto Rico: la isla que es un archipiélago supuesto, una Nueva Venecia, donde el mesianismo de los negros sublevados busca fundar un mejor mundo. Toda esa historicidad es una indagación por la cultura plural y el sincretismo festivo y vital. Pero, a su vez, esta pregunta pasa por la imaginación: la misma historia, tal como es cronicada aquí, es una invención de la novela, y, por lo tanto, la ficción produce el canon de la historia. La identidad es ese conflicto de credos, lenguas y deseos, esa lucha contra los poderes humanos y divinos, ese espectáculo de la razón y sus monstruos.
-Julio Ortega
Las crónicas de la fundación lacustre de Nueva Venecia por un ejército de cimarrones, rescatan y exponen a la luz del día los demonios, fantasías, crímenes, grandezas, miserias de la historia española en unos tiempos en los que, como dijo tan bellamente Cernuda, "su sinrazón congénita, ya locura hoy, como admirable paradoja se imponía". (...) Como Vargas Llosa y el Fuentes de Tierra Nostra, el novelista puertorriqueño forja e interpreta a la vez un pasado simbólico cuyo conocimiento y exorcismo serán la mejor vacuna contra los desastres y errores de la historia de las Españas recreando el idioma de la época con ese fino oído literario que revela la presencia segura del verdadero escritor.
-Juan Goytisolo
Con Pandemónium se completa la trilogía de "Crónica de Nueva Venecia". De hecho, hubiera sido una tetralogía de no haber destruido yo el manuscrito de una cuarta novela, la que se ocupaba de las correrías del Niño Avilés en La Habana.
-Edgardo Rodríguez Juliá