Drama neo-romántico en 3 actos
El proceso de transición de nuestro sistema de enseñanza español al estadounidense dejó muchos muertos en el camino. Una de las primeras atrocidades fue despojar de licencias a todos los maestros puertorriqueños en 1901, y propiciar durante la próxima década, una inmigración masiva de maestros de todos los Estados Unidos. Una gran mayoría de ellos no tenía ni título ni licencia para ejercer como maestros. Su único mérito era que podían hablar perfecto inglés y conocer alguna que otra materia que se le reconocía sin mucho examen. Se les pagaba todo, hasta el alojamiento en cabañas en las mismas escuelas y ganaban cuatro veces más que los que se les pagaba a los nacionales. Muchos de ellos fueron nombrados Inspectores de Escuelas con la misión de desplazar a los principales de escuela españoles y puertorriqueños y asegurarse que los profesores puertorriqueños que sobrevivieran a la hecatombre, juraran fidelidad al Orden del Imperio.