Entre la inmensidad de temas que se abordan en la Literatura, la locura es uno de los que más cautiva a los lectores. Es por esto, que no podemos dejar de recordar la existencia de tantos personajes literarios que se revisten con el hálito de la demencia para seducir con el poder atrayente de sus palabras: Don Quijote, Emma Bovary, Iván Karamázov, Hamlet, Rodrigo Usher y Segismundo. Indiscutiblemente, en esta novela, David Cervedra intenta ocupar un espacio en este imaginario humano que calificaremos como locura. El protagonista de esta metanovela se enfrenta a los autores de diversos cuentos, para defender los cambios radicales que les hace a sus textos. Durante el proceso, muchos sentimientos maníacos se apoderan de David: frustración, indignación, ira, tristeza, odio, inconformidad, venganza, miedo; hasta el punto de revelar secretos de la vida íntima de los escritores burlados; mientras su realidad se trastoca al expresar sus peores inseguridades. Reconocemos que ha sido intrépida y audaz la empresa de hilvanar con sobrada genialidad, varios de los cuentos más icónicos y trascendentales del canon literario universal en La locura de las letras.