Hiram Sánchez Martínez puso a un lado el mallete de su distinguida carrera judicial, por jubilación, y ha tomado la pluma para contarnos con su ya reconocida maestría narrativa un puñado de historias de esa rica experiencia del oficio de juzgar para hacer justicia.
Basado en parte en las notas que tomaba, en su memoria y en documentos oficiales, el autor reconstruye los hechos, supliendo lo que hace falta con ingenio de cuentista, para que se entienda mejor lo ocurrido y, sobre todo, se disfrute más de unos relatos de suyo interesantes, por lo reveladores del lado oscuro de la condición humana.