El escritor puertorriqueño Luis Enrique Vázquez Vélez nos lega en cada microcuento una historia potenciada a partir de la conjunción de dos elementos fundamentales que solo pueden ofrecernos escritores de su valía. Primero, la condensación de un relato a su mínima escala, sin que la elipsis extrema vaya en desmedro del argumento; todo lo contrario, lo libera de todo artificio fútil. Y segundo, la incorporación de referencias culturales, sin que la historia sin que la historia se reduzca a un documento o a un mero anecdotario; al contrario, la proyecta a un ámbito universal mediante un proceso de resignificación simbólica.
Con este conjunto de microrrelatos, Vázquez Vélez se sitúa, sin ninguna duda, como un importante referente de la microficción.